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martes, 19 de marzo del 2024
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La iglesia

De mezquita a iglesia

La Corona de Castilla se anexionó el reino musulmán de Murcia a mediados del siglo XIII. En 1285 las tierras y comunidades islámicas del Valle de Ricote pasaron a depender de la Orden de Santiago. La encomienda del Valle de Ricote comprendía los lugares de Abarán, Blanca, Ricote, Ojós, Ulea y Villanueva. Durante la etapa bajomedieval, todas estas poblaciones estuvieron habitadas por mudéjares que conservaban sus usos y costumbres.



A comienzos del siglo XVI, año 1502, mediante Real Cédula, se dispuso la conversión de los musulmanes al cristianismo o su salida obligatoria de los territorios de la monarquía castellano-aragonesa. La mayoría de los habitantes de la encomienda optaron por convertirse y permanecer en su tierra. Una de las consecuencias del cambio religioso fue la transformación de las mezquitas en iglesias.



En Ulea, la de San Bartolomé Apóstol ya estaba en pie en 1507. Nació con una sola nave de tres tramos a la que se fueron incorporando sucesivamente capillas entre contrafuertes, desde la segunda mitad del Quinientos hasta la mitad del Setecientos, una torre, ya documentada en el siglo XVII, y dos nuevos cuerpos de edificio, presbiterio y coro a los pies, en la segunda mitad del siglo XVIII.



En el siglo XIX se realizaron obras menores. En esta centuria pueden fecharse algunas intervenciones como el excusado construido por el maestro albañil José Miñano y el maestro carpintero Antonio Carrillo en 1846, o la linterna de la torre, obra de José Palazón terminada en 1859 según reza una inscripción en la misma. También hay constancia de que el maestro herrero Pedro Julián realiza las campanas de la iglesia.



Su relación con los nobles

En la iglesia de San Bartolomé de Ulea, concretamente en su capilla mayor, han quedado inscritos algunos nombres relevantes de la sociedad murciana de la época. Uno de ellos fue D. Diego de Rueda, arcediano de Cartagena. Según consta en un escrito del año 1629, será enterrado en la capilla mayor acompañado por su escudo de armas. Por su parte, D. Antonio de Rueda y Marín, caballero de la Orden de Santiago y vecino de la ciudad de Murcia, quien tiene en Ulea su mayorazgo en la primera mitad del siglo XVIII, es patrono de la capilla mayor en esta época.